"Corresponde al sabio dirigir, y no ser dirigido" nos explica Aristóteles en su Libro Metafísica I, esto es así porque un sabio esta dotado de los dones de ciencia y de la gracia de sabiduría. Para profundizar hay que entender los conceptos de substancia y esencia.
La esencia de un ser es su característica principal, su cualidad distintiva. Por ejemplo la esencia del hombre es la razón, la esencia de Dios es la sabiduría.
En cambio la substancia es lo que se habla del ser, es aquello de lo que se predica (definicion del libro Metafísica, de Aristóteles): ¿cual es la substancia del hombre?, ¿de que hablamos cuando hablamos del hombre? Tomas de Aquino nos explica que la substancia del hombre es la persona. Ahora bien ¿Cual es la substancia de Dios? ¿De que hablamos cuando hablamos de Dios? Simple, la substancia de Dios es la sabiduría, hablar de Dios es hablar de la sabiduría.
Por eso decimos que la esencia es la substancia inmaterial, como nos enseña Aristóteles en su libro Metafísica.
Ahora bien, ¿que es un sabio? Un sabio es una persona (substancia) que posee como esencia no la razon, sino la sabiduria. Dicho de otra manera el sabio es una persona semi-divina, una persona con la esencia de Dios.
El poseer la esencia divina, le otorga al sabio una serie de cualidades particulares como los dones de ciencia, la vida eterna y el don de consejo que lo habilitan particularmente para ejercer el liderazgo, pero no cualquier liderazgo. Hablamos de un liderazgo con cualidades divinas, con gracias divinas.
Es por esto que el sabio es la persona mas idónea para ejercer la dirección.
http://www.quintoevangelio.com.ar/es/artículos/item/31-liderazgo-espiritual.html
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